
la antigua casona colonial es patrimonio material según el Decreto 390 del 17 marzo de 1970.
Al fundar Rodrigo de Bastidas la ciudad, entre 1525 y 1526, fijó la traza urbana en cuadrícula, delimitó la Plaza Mayor y repartió los terrenos, incluido el que ocupa esta casa.
En 1817 Ramona Oligós vendió la casa al alguacil mayor del Santo Oficio, Lázaro María de Herrera y Leyva. En agosto de 1819 el gobierno español instaló en esta casa la oficina de Aduanas y Contaduría del puerto. Por eso se le conoce como ‘la Casa de la Aduana’.
El 1 de diciembre de 1830, el gobierno de la nueva República de Colombia recibió a Simón Bolívar, enfermo, en esta casa, desde donde partió a la Quinta de San Pedro Alejandrino. Ese mismo mes, tras el fallecimiento de El Libertador, la casona sirvió para albergar sus honras fúnebres